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sábado, 11 de septiembre de 2010

Terry Jones a la hoguera

La condena de los radicales es la impotencia, por eso se vuelven (nos volvemos) violentos. Si yo digo "muerte a los intolerantes que piden la muerte" me estoy condenando a la hoguera, a la que iría gustoso si con eso consiguiese el objetivo de acabar con la intolerancia. Por desgracia la realidad no funciona así.

El fascioterrorista Terry Jones pide la quema del Corán. Y yo hay cosas de este sistema pseudopermisivo que tenemos montado que no termino de entender. Si quien pilotó uno de los aviones del 11-S hubiese dicho "voy a estrellar un avión contra las Torres Gemelas", se le habría detenido y puesto a recaudo hasta definir con precisión su grado de delirio. A nadie se le pasa por la cabeza que le tuviese que llamar el presidente Obama para pedirle que reconsiderase su idea porque iba a traer muchas desgracias. ¿Porqué pues, en el caso de Terry Jones no se le envía simplemente la policía a su casa para detenerlo por terrorista? Ah, claro, me olvidaba uno era terrorista moro, el otro es terrorista cristiano.


A mí no me parece mal la idea de Jones de quemar un libro. Al fin y al cabo no es más que un libro y la industria editorial se las ha ingeniado para que la destrucción de un ejemplar no destruya la obra. Eso sí, me parece bien a condición de que entre en la pira de la hoguera él mismo sujetando el libro.

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